En tanto, la Casa de Altos Estudios dio a conocer que en esta semana se certificó a al menos diez hombres y mujeres privadas de libertad que participaron del taller.
Es una iniciativa financiada por la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación (SPU), en articulación con la Casa de Altos Estudios, el Servicio Penitenciario y el Poder Judicial (Distrito Sur) de Tierra del Fuego, con el sentido de impulsar una serie de talleres artísticos audiovisuales, que propicien una experiencia colectiva y un ámbito de reflexión que favorezca de alguna manera la inclusión social.
El docente investigador del Instituto de Cultura Sociedad y Estado (ICSE/UNTDF) Dis. Ezequiel Méndez Coria, y director del Proyecto, destacó: “Esta tercera experiencia tiene como uno de sus objetivos principales ofrecer talleres artísticos en materia audiovisual orientado a personas privadas de libertad con el fin de promover la generación de recursos audiovisuales que permitan una auto representación de estos grupos”.
De este modo, explicó que la iniciativa busca garantizar la comunicación y el acceso a la educación como derecho humano. “Si bien ya se trabajó en experiencias previas donde se produjeron obras artísticas que culminaron en la producción de una obra audiovisual; Esta es una propuesta alternativa más orientada a los fines pedagógicos de una educación no formal con una dinámica de taller, con una pretendida horizontalidad donde los y las protagonistas son los y las asistentes que comparten sus experiencias y saberes trayendo al espacio del taller diferentes problemáticas e inquietudes que tienen que ver muchas veces con situaciones personales y del contexto que atraviesan cotidianamente”
La particularidad de los talleres actuales es que se dan para hombres y mujeres privados de libertad, y participan estudiantes de la carrera de las Licenciaturas, tanto en medios audiovisuales, como en Sociología lo que no solo les genera un recorrido profesional en sus últimos años de la carrera sino que intentan afianzar el perfil del estudiante como agente crítico de la sociedad en que vive.
El equipo coincide en que el arte se concibe como vehículo cultural y social que brinda herramientas reparadoras, inclusivas, identitarias. El docente concluye con una reflexión más personal “unas de las experiencias que nos ha dejado la pandemia es que el encierro puede ser real en términos concretos, pero nunca puede implicar un encierro subjetivo”.
Fuente e imagen: prensa de la Universidad Nacional de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur